El desarrollo industrial que
se generó en Puerto Rico comenzó a revolucionar la economía
puertorriqueña. En años anteriores, la
economía estaba basada principalmente en la producción agrícola pero se
distinguía por utilizar técnicas artesanales y rudimentarias. Al llegar la revolución industrial a la Isla
y al emplearse la constitución bajo el Estado Libre Asociado de Puerto Rico en
1952, se comenzaron a abrir fábricas de diferentes productos tales como: ropa,
zapatos, artículos de plástico y metal, equipo electrónico e instrumentos de
diseño[1]. Estas fábricas se abrieron gracias a las
exenciones contributivas que otorgó el gobierno, la publicidad que llevó a cabo
la Compañía de Fomento con su proyecto Manos
a la obra y la gran cantidad de mano de obra barata en la isla. Un ejemplo del gran efecto que tuvo estas
políticas en el desarrollo económico fue
el aumento de empleos que hubo en la época. Para 1962, en Puerto Rico había 99,517
empleados trabajando en 2,246 fábricas, pero ya para 1965, la cantidad de
empleados aumentó a 105,000[2]. Adicional al número de empleos que generó la
industrialización, los salarios de los trabajadores en las industrias aumentaron de $75 millones en 1952 a $312
millones en 1964[3]. La llegada de las petroquímicas a Puerto
Rico, como la Union Carbide Corporation, la Commonwealth Oil Refining Company y
Phillips Petroleum Company crearon empleos y produjeron materiales como:
puertas de metal, equipos de refrigeración, herramientas, entre otros que
diversificaban la producción de estas industrias[4]. En los primeros años del desarrollo
industrial los inversionistas eran mayormente compañías estadounidenses, pero
al notar el éxito que estaba generando este desarrollo, inversionistas
puertorriqueños comenzaron a crear industrias.
Un ejemplo del aumento en industrias puertorriqueñas se refleja cuando en
1953 se promovió 4 industrias puertorriqueñas mientras que ya para 1963, se
promovieron 100 fábricas puertorriqueñas[5]. Las políticas del ELA, comenzaron a invertir
en proyectos de viviendas, obras públicas como: hospitales, carreteras y
escuelas, industrias, hoteles y equipo.
Esto permitió que la inversión de capital fijo era de un 25% del
producto bruto del país para 1964, mientras que solamente representaba un 10%
en 1940[6]. Además de los incentivos y las ayudas que
ofreció en el gobierno estadounidense para fomentar el establecimiento de
industrias en la isla, los inversionistas se beneficiaron que no les aplicaba
las leyes contributivas federales que tenían en la metrópoli, pero pertenecían
al mismo modelo económico de los Estados Unidos. Finalmente, la situación política con la
metrópoli, las políticas de ayudas a los inversionistas por parte del gobierno
y la emigración de puertorriqueños en busca de empleos hacia los Estados Unidos
propició un desarrollo económico notable en la Isla en un periodo de tiempo
relativamente corto.
Sociedad
En el ámbito social, las
mejoras económicas ayudaron al desarrollo del pueblo. Al subir los salarios de las personas se
generó un aumento en el uso de la electricidad gracias a la adquisición de
enseres eléctricos de uso doméstico. El
aumento fue a tal grado que de 1944-45 los puertorriqueños consumieron un total
de 59 millones de kilovatios por hora, mientras que de 1963-64 se consumieron
1,055 millones de kilovatios por hora[7]. Para finales de la década de 1960, se
estimaba que un 90% de las residencias en Puerto Rico recibían los servicios de
energía eléctrica. Para el año 1945, el
gobierno creó la Autoridad de Acueductos y Alcantarillados que ayudó
grandemente en la provisión de agua a los residentes y mejoró la sanidad. Cuando se creó la Autoridad solamente
brindaba el servicio de alcantarillado a 42 municipios, pero ya para la década
de 1960, le proveía servicio a todos los municipios y 315,000 residencias[8]. En relación a las viviendas, el censo de 1940
arrojó que un 80% de las residencias en Puerto Rico no eran habitables, pero ya
para la década de 1960, se habían reubicado 64,800 familias y se había reducido
el número de agregados de un 25,000 en 1940 a 22,000 en 1965[9]. Estas viviendas eran mayormente de cemento y
gozaban de sistemas sanitarios, que podían ser adquiridas a un costo
aproximadamente de $300. El programa de
construcción de viviendas logró que de un 80% de residencias inhabitables que
había en 1940, se redujera a un 40% para 1960[10]. La construcción de nuevos planteles escolares
permitió que los niños puertorriqueños recibieran el pan de la enseñanza de
forma gratuita. En términos de salud
pública, las medidas que mencioné anteriormente que el gobierno muñocista llevó
a cabo mejoró la calidad de vida de la población principalmente de los
residentes del área rural. La
erradicación de plagas causantes de enfermedades y el tratamiento de
enfermedades ayudaron grandemente a reducir los índices de mortandad. Las ayudas federales que el Departamento de
Salud, Educación y Bienestar de los Estados Unidos contribuyeron grandemente a
la creación de centros de salud por todos los municipios y la creación de
sistemas hospitalarios, el Centro Médico de Puerto Rico, escuelas de medicina y
otros oficios relacionados a la salud pública[11]. Las ayudas federales también se extendieron a
programas de distribución de alimentos, subsidios y ayudas por parte de
agencias sin fines de lucro[12]. Estos cambios económicos y sociales marcaron
el proceso de modernización del pueblo puertorriqueño durante los años 1953
hasta 1968.
Durante el lapso de los años
1940 a 1968, Puerto Rico enfrentó diversos cambios sociales, económicos y políticos.
La isla enfrentaba los efectos causados por la Gran Depresión y los
líderes puertorriqueños de esa época, junto con las reformas federales que el
gobierno estadounidense estaba realizando, se encaminaron a atacar la situación
económica y social del país.
Definitivamente, el proceso de industrialización y modernización trajo
consigo diversas mejoras al estilo de vida del pueblo como mejores servicios
sanitarios, más educación, mejores obras públicas, disminución del desempleo, mejores condiciones de salud,
entre otras. La economía puertorriqueña
sufrió un cambio al pasar de una economía agraria a una industrial. Esto provocó que en Puerto Rico se produjeran
una diversidad de productos para no depender exclusivamente del sistema de
monocultivo que llevaban a cabo hasta ese entonces. Políticamente hablando, creo que el único
cambio significativo fue la aprobación de que el pueblo escogiera al gobernador
para así ponerle fin a las gobernaciones norteamericanas. Entre tanto, para mí, la Constitución
significó un disfraz para nuestra situación colonial frente a la opinión
pública internacional. Estados Unidos
continuó ejerciendo su hegemonía a través de las reformas que implantaba el
Partido Popular Democrático y el Estado Libre Asociado fue y es el nuevo
concepto utilizado para encubrir nuestro coloniaje.
[1] Wells, Henry, La modernización de Puerto Rico: un análisis político
de valores e instituciones en proceso de cambio. Río Piedras, Puerto Rico:
Editorial Universitaria, 1972, p. 156.
[2] Óp. Cit., p. 157.
[3] Óp. Cit.
[4] Óp. Cit., p. 158.
[5] Óp. Cit., pp. 158-159.
[6] Óp. Cit., p. 160.
[7] Óp. Cit., p. 178.
[8] Óp. Cit.
[9] Óp. Cit., p. 179.
[10] Óp. Cit.
[11] Óp. Cit., pp. 184-185.
[12] Óp. Cit., p. 187.
Otras fuentes:
http://repasopcmasumet.files.wordpress.com/2008/12/hpr_reformismo-popular1.pdf
Otras fuentes:
http://repasopcmasumet.files.wordpress.com/2008/12/hpr_reformismo-popular1.pdf